Razones para Comenzar a bailar Tango

Un estudio de la universidad McGill de Canada ha revelado que, el bailar Tango es tan saludable como hacer gimnasia -Y mucho mas divertido, diría yo -.

Según ese estudio, el cual tiene resultados similares a los obtenidos por la Fundación Favaloro en 1999, el Tango mejora la motricidad, el equilibrio y la memoria y su música estimula el cerebro (aunque uno no aseguraría esto después de ver a ciertos espécimenes de la fauna tangófila). Además previene las enfermedades cardíacas (pero no te hace inmune al “síndrome del corazón roto”, que de hecho abunda en las milongas...!!!).

Como el Tango es, principalmente, un baile social, cuando lo vas a aprender interactuás con gente, generalmente del sexo opuesto, lo cual puede ser buenísimo (si no probaste, lo recomiendo). Y hay pocas cosas mejores para romper el hielo que estar abrazados unos minutos, sobre todos si ambos están aprendiendo, ya que con el transcurrir de tropezones, empujones y pisotones, se les irá yendo la vergüenza. Ir a una milonga es siempre una buena opción de salida, incluso aunque no tengás ganas de bailar. Puedes ir para mirar toda la noche, y como mínimo, algo aprendes. Aprender tango no es solo eso, es también vencer miedos, vergüenza, prejuicios (propios y ajenos), temor al ridículo, incomodidad frente al sexo opuesto (especialmente si tienes dos pies izquierdos), etc. Con el solo hecho de dejar atrás esos sentimientos, habremos logrado una gran victoria en nuestro balance de logros personales.

El tango como danza no se termina nunca, nunca, de aprender y mejorar. Esto, que puede parecer algo negativo, está lejos de serlo. Cualquiera que haga algo que ama, sabrá que tener la posibilidad de superarse siempre en eso que se hace es inapreciable, porque esa virtud permite que se mantenga vivo el interés y no se caiga en el aburrimiento que supone hacer algo que se domina por completo, y cuya práctica en consecuencia, no cambia ni evoluciona. Si no lo habías hecho antes, a fuerza de escucharla, vas a descubrir la música del tango, y eso por si solo vale la pena. Te vas a encontrar con algunas de las mejores piezas musicales que se hayan hecho, ya sea que las juzgues sentimentalmente o intelectualmente. Y vas a escuchar algunos de los textos con mas fuerza y belleza que se hayan escrito en el siglo XX (y en otros también). Te lo dice alguien que la mayor parte de su vida oyó tangos, pero no los “escucho” sino hasta apenas unos años. Y es absolutamente verdad lo que dicen, al tango, lo vas a ir entendiendo y, sobre todo, sientiendo en la medida que vayas viviendo, y sobre todo (aunque suene melódramatico) sufriendo. Es ahi cuando la intensidad de sus letras cobran sentido. Pero bueno, eso no se puede explicar, lo vas a descrubrir si tienes suerte (o no, según se mire).

Razones para las mujeres:
Tienen una muy buena excusa para comprar zapatos, zapatos y más zapatos! (bueh, tampoco es que les hagan falta excusas). Del mismo modo, la ropa tanguera hace el deleite de las mujeres (y claro de los hombres). Como pocas prendas, las que suelen usar las bailarinas son elegantes, originales y a la vez muy sensuales. Tarde o temprano van a tener la oportunidad de bailar con hombres que saben como abrazar a una mujer. Y eso no es poca cosa. Un buen porcentaje de los hombres son buenos bailarines (y de esos, algunos hasta son buena gente). Que alguien te saque a bailar, no significa necesariamente que te quieren seducir (aunque claro, siempre está la posibilidad). Puedes abrazarte todo lo que quierás a un hombre sin que eso implique nada más que un baile (también podés acariciarle la nuca, respirarle en el oido y rozarlo sensualmente con tus piernas, pero en ese caso va a ser más dificil hacerte la desentendida). Y sin que un tipo se propase a causa de apasionamiento en el baile. Por lo menos entre los que frecuentan las milongas, es rarísimo que esto suceda (en lo milonga, aclaro). Cualquier avance que no tenga que ver con el baile, se hará (en general) de la puerta de la milonga para afuera. Hay pocos lugares que se presten tanto a juegos sutiles de seducción. Muchos de los tangueros que son asiduos concurrentes a la milonga, tienen el corazón herido, cuando no partido a la mitad. Esto los hace bastante problemáticos como posible pareja, pero también los convierte en esos desafíos que a las mujeres les encanta (aunque yo no recomiendo). Hay muchas mujeres en las milongas, pero suelen ser menos constantes que los hombres en ir a clases y continuar aprendiendo. Si eres perseverante, puedes entrar en el selecto grupo de las mejores, las cuales no necesitan otro atributo que ese para que las saquen a bailar toda la noche.

Razones para los hombres:
La primera es contundente y no tendrían que hacer falta más: para bailar tango, tienes que abrazar a la mujer… ¿hay algo mejor que eso? (¡cuidadito con lo que dicen!). La segunda también es muy buena: Como en la mayoría de los bailes (salvo excepciones como el hip-hop callejero, y el cosachok ruso, por ejemplo), la cantidad de bailarinas es superior a la de bailarines. Ok, también en danzas clásicas, pero en tango bailas abrazado, y por suerte no hace falta tener el estado físico de un atleta olímpico para bailarlo (de hecho no hace falta que tu vientre sea siquiera plano, ahi tienes a Chicho y a Tete, como exponentes) y tienes la gran ventaja de que no se duda de tu sexualidad por el hecho de bailarlo. Fin de la discusión.

En el Tango, es absolutamente verdad que muchas veces bailas con una chica solo porque te gusta bailar con ella y viceversa. Esto te dá el margen de que al invitar a la pista a una mujer, no piense automáticamente que querés algo con ella, lo que hace con la tensión sea menor, y tu te vas a poder evitar que te tiemblen las manos, te falle la voz y que tu cerebro se inflame pensado alguna frase inteligente para decir, hasta que finalmente te sale un: “Eh… ¿Que signo sos?” (no es que me haya pasado, obvio). En el baile, de hecho, podés no decir nada, más que muchas gracias. Y si termino de bailar toda la tanda contigo, probablemente tengás otra oportunidad, cuando te haga efecto el sedante que te vas a tomar a continuación. La verdad sea dicha, no tienes que ser un gran bailarín para ser apreciado por las mujeres en tango. De hecho, a veces no hace falta que bailés bien. He visto tipos con apenás un poco mas de soltura que Terminator con una mujer que parecía disfrutar de verdad en sus brazos. ¿Por que? Porque era cuidadoso con ella y realmente ponía ganas en el baile. Para muchas mujeres, esto es suficiente, al menos al principio. Y si no es asi, al menos siempre aprecian cuando un novio/esposo/etc. pone lo mejor de si en el baile, aunque sea un patadura. Y de verdad que lo miran con ojos distintos que al simplemente negado al baile. Ah… si. Las cara de las chicas, cuando decís que bailás tango (automáticamente subís 50 puntos en su medidor).Y si llegás a ser bueno, te convertís en un elemento altamente cotizado. Y si no te convertís en un engreido/antipático/mujeriego, vales tu peso en oro (bueno, o al menos en plata). No hay problema con la edad. Puedes tener más de 50 años y aún así las chicas veinteañeras van a querer bailar contigo. Claro, eso si llegaste a la prestigiosa posición de “viejo milonguero”, un exponente cuyo baile se siente de una forma que los jovenes por alguna razón no consiguen imitar .Hmmmm… volverte a tu casa impregnado con una mezcla del hermoso perfume de varias mujeres (obvio, si no te está esperando ninguna otra mujer, en cuyo caso, te aconsejo, disfrutalo todo lo que puedás y bañate!). Bueno, estos son algunos de los motivos que puedo pensar. Si se te ocurre alguno más, escribelo en los comentarios, por el bien de la humanidad no tanguera.

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